Capítulo cuarenta y cuatro

Al abrir los ojos por la mañana, Jayme sintió la rigidez en todo su cuerpo por haber dormido en el suelo frío, húmedo y duro. Apenas podía moverse y su herida le dolía. Al mover el brazo, recordó instantáneamente que estaba esposada a Scott. Su movimiento lo despertó. Sentándose, Scott la miró.

—Te...

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