LLEGADA AL CASTILLO

FREDA

—Levántate —escuché una voz que intentaba interrumpir mi sueño, pero la ignoré. Solo quería dormir y...

—¡Levántate! —La voz sonó más urgente y, a regañadientes, abrí los ojos solo para ver los ojos azules de mi padre mirándome fijamente. De repente, me sentí muy irritada mientras me frotaba...

Inicia sesión y continúa leyendo