Capítulo 3
Sophia y Olivia fueron al bar para celebrar el nuevo trabajo de Sophia, pero ambas terminaron completamente borrachas.
Sophia había conocido a Olivia por más de una década, y en su memoria, Olivia siempre había sido una persona orgullosa, nunca una que inclinara la cabeza y admitiera sus errores.
Pero ahora, Olivia tenía que humillarse para complacer a los demás, incluso soportando agravios sola.
Antes de venir aquí, los deseos de Sophia eran simples: un trabajo estable y una pareja amorosa. Pero antes de esto, incluso pagar el alquiler era una lucha.
Después de unas cuantas botellas, ambas estaban completamente ebrias, hablando, riendo y llorando, eventualmente ayudándose mutuamente a llegar a casa.
En la oscuridad de la noche, la mente de Sophia estaba inusualmente clara, las palabras de Olivia resonaban en sus oídos, haciendo que su corazón doliera y se preocupara por el futuro de Olivia.
Su teléfono sonaba sin cesar junto a su almohada. Molesta, Sophia lo tomó y vio un número desconocido, colgando de inmediato.
Se dio la vuelta para continuar sus pensamientos, pero el llamador era persistente, llamando una y otra vez.
Justo cuando la paciencia de Sophia estaba a punto de agotarse y estaba lista para contestar y gritar, el timbre se detuvo abruptamente.
Un mensaje de texto sonó fuerte en la tranquila noche. Sophia se sentó, maldiciendo al llamador en su mente.
Michael: [Soy Michael. Contesta el teléfono.]
El nombre de Michael apareció en la pantalla. Antes de que Sophia pudiera procesar su sorpresa, el teléfono sonó de nuevo.
—Sr. Johnson, es tarde. ¿Qué necesita?— El tono de Sophia no era amigable. Si Michael estuviera frente a ella, le habría puesto los ojos en blanco.
—Estoy abajo. Baja— dijo Michael secamente, colgando de inmediato.
No le dio a Sophia tiempo para reaccionar.
Mirando la pantalla de la llamada terminada, los ojos de Sophia se abrieron de par en par.
¿Realmente era Michael llamando?
Sophia miró la hora: 2 AM.
¿Qué estaba haciendo Michael afuera de su lugar a esta hora?
Antes de que pudiera pensar más, llegó el mensaje de Michael.
Michael: [Tienes 10 minutos. Los retrasos tendrán una reducción en el pago.]
Sophia se puso alerta, saltando de la cama y preparándose a la velocidad del rayo.
Diez minutos no eran suficientes para maquillarse, así que Sophia se armó de valor y bajó sin maquillaje.
En la entrada de su complejo de apartamentos, Michael se apoyaba en su coche, un cigarrillo medio consumido entre sus dedos.
Se veía diferente del día de la entrevista. Vestido con ropa deportiva, su aura era aún más impresionante.
Afortunadamente, era de noche. Si fuera de día, seguramente habría una multitud de personas tratando de hablar con él.
Volviendo a la realidad, Sophia caminó hacia él, su confusión creciendo.
¿Por qué Michael la buscaba a esta hora? ¿Realmente había trabajo que hacer?
—Sr. Johnson...—
Michael la interrumpió, mirando su reloj. —Nueve minutos y cuarenta y ocho segundos. Apenas lo lograste.
Sophia puso los ojos en blanco internamente pero mantuvo una sonrisa educada. —Sr. Johnson, ¿qué necesita a esta hora?
Michael la miró brevemente, sin responder, y abrió la puerta del pasajero. El movimiento repentino dejó a Sophia desconcertada, mirándolo con confusión.
Creyó escuchar a Michael suspirar. Él dijo —Entra.
Sophia se volvió instantáneamente cautelosa, eligiendo cuidadosamente sus palabras. —Sr. Johnson, no es horario laboral, y es inapropiado que estemos solos tan tarde.
Su conocimiento de Michael se limitaba a esa única noche. Además, ¿una asistente no debería estar disponible las 24 horas del día, verdad?
La confusión de Sophia era evidente, y Michael lo notó. —Como mi asistente personal, debes estar disponible las 24 horas. ¿Alguna objeción?
¿Asistente personal? Sophia estaba sorprendida. Ella había solicitado el puesto de asistente ejecutiva, no personal. Después de una larga vacilación, expresó sus dudas.
Michael levantó una ceja y dijo —¿Cuál es la diferencia entre una asistente personal y una asistente ejecutiva? Sigues siendo mi asistente. Solo sigue mis órdenes incondicionalmente.
No estaba equivocado, y Sophia aceptó su explicación. Necesitaba este trabajo. ¿Qué importaba si su jefe la despertaba a la 1 AM? ¡Incluso si Michael le pedía que cocinara la cena ahora, no se negaría!
Con ese pensamiento, Sophia dejó de dudar y se subió al asiento del pasajero. Michael cerró la puerta y se subió por el otro lado. El Rolls-Royce de edición limitada aceleró a través de la noche.
Los alrededores se volvieron cada vez más desolados, haciendo que Sophia se pusiera nerviosa. Afortunadamente, el coche redujo la velocidad después de unos minutos, y Michael estacionó al costado de la carretera.
La atmósfera dentro del coche se volvió ambigua. Michael encendió un cigarrillo, dio una calada y lo dejó quemar entre sus dedos. Su familia siempre intentaba emparejarlo con mujeres. Usualmente, solo las rechazaba.
Pero esta vez, no podía dejar de pensar en Sophia, queriendo verla. Para Michael, Sophia era la mujer más única que había conocido. Por eso había venido a su casa, incluso a esta hora tan tarde.
Observando a Michael fumar, Sophia no pudo evitar preguntar —Sr. Johnson, ¿me llamó aquí solo para verlo fumar?
La mano de Michael se detuvo a mitad de la calada, luego arrojó el cigarrillo por la ventana. Alcanzó el asiento trasero, sacó un archivo y lo lanzó al regazo de Sophia. Al encontrar su mirada desconcertada, simplemente le dijo que lo leyera.
Sophia dudó pero abrió el archivo. Sus ojos se abrieron de par en par mientras leía. Estaba sorprendida y preguntó —Sr. Johnson, ¿habla en serio?





















































































































