Capítulo 8

Sophia apenas se había sentado cuando Robert vino a buscarla.

—Hola, toma asiento.

Una vez en la oficina, los ojos de Robert nunca dejaron de mirar a Sophia.

Su mirada inquietante hizo que Sophia se sintiera incómoda, y se movió en su asiento, tratando de bloquear su vista.

—Sr. Davis, ¿hay algo...

Inicia sesión y continúa leyendo