Capítulo ciento uno

Capítulo Ciento Uno

Eran las 3 a.m. El club se negaba a morir. La música retumbaba desde cada rincón, sacudiendo los suelos, haciendo el aire pesado con el bajo.

Tacones altos resonaban sobre los azulejos, algunos firmes, otros tambaleantes. Los hombres se recostaban contra las mesas con ojos vidr...

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