Capítulo ciento ocho

Capítulo Ciento Ocho

Tia dejó a Andy en la escuela como de costumbre. Se agachó, le arregló la pequeña camisa y le dio un suave beso en la mejilla.

—Cuídate, cariño —dijo con calidez, forzando una sonrisa para que él no notara su estrés matutino habitual.

—¡Adiós, mamá! —Andy saludó alegremente, ...

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