Capítulo diez

Tia se paró frente al espejo de cuerpo entero, con las manos aferradas a los bordes del tocador. Su reflejo era casi irreconocible. El maquillaje había sido aplicado con maestría, el vestido le quedaba a la perfección, pero hacía poco para ocultar la inquietud grabada en su rostro.

El vestido brill...

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