Capítulo ciento cuarenta y cuatro

Capítulo Ciento Cuarenta y Cuatro

—Rezo para que sea un sueño. Rezo para que él no sea el jefe. Tal vez solo vino por algunos negocios— susurró Tia para sí misma esa mañana, aferrándose a la esperanza como si sus palabras pudieran cambiar lo que había visto el día anterior.

Sus manos temblaban un ...

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