Capítulo ciento cincuenta y dos

Capítulo Ciento Cincuenta y Dos

—No estaré en casa— dijo Adam secamente, poniéndose el reloj de pulsera mientras se dirigía a la puerta.

—Por favor, Adam, quédate conmigo… Me siento tan sola— la voz de Nita temblaba, casi un susurro, mientras intentaba tomar su mano.

Sus ojos mostraban esa misma ...

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