Capítulo ciento cincuenta y cinco

Capítulo Ciento Cincuenta y Cinco

Después de que todos se marcharon del salón, Tia salió corriendo, sus pies la llevaban sin pensar.

Ni siquiera se fijó si alguien la notaba. Su corazón ardía, su pecho estaba apretado como si algo lo presionara fuertemente. Solo quería desaparecer.

Empujó la puer...

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