Capítulo doscientos cuatro

Capítulo Doscientos Cuatro

Tia llevaba una canasta de ropa al cuarto de lavado, tarareando en voz baja.

La tarde era tranquila, con la luz del sol entrando por las ventanas. La vida se sentía diferente últimamente, encantadora y pacífica.

Estaba a medio camino de clasificar la ropa cuando escuchó...

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