Capítulo doscientos cinco

Capítulo Doscientos Cinco

El sonido de la risa llenó la casa tranquila cuando Adam y Tia salieron juntos del baño.

Su cabello aún estaba húmedo, pegado a sus hombros, y él sostenía una toalla, sacudiendo la cabeza como si ella acabara de decir algo increíble.

—Eres imposible, ¿lo sabías?— dijo, t...

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