Capítulo treinta y dos

Capítulo 32

El agarre de Adam en su espalda baja se apretó mientras se inclinaba, su voz firme pero calmada.

—Vámonos de aquí —dijo, tirando de ella antes de que pudiera protestar.

Tia respiró hondo, obligándose a componerse mientras caminaban por el lujoso vestíbulo.

Pero en el momento en que s...

Inicia sesión y continúa leyendo