Capítulo cincuenta y cuatro

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Capítulo 54

La voz autoritaria pero elegante de la Abuela B resonó en la habitación —Creo que ustedes dos necesitan relajarse... Adam, llévala a tu habitación.

Tia se quedó congelada por un momento, mirando a Adam, quien se encogió de hombros con indiferencia.

Ella dudó antes de ponerse...

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