Capítulo ochenta y nueve

Elise estaba de pie junto a las enormes puertas de hierro de la mansión de los Black, sus dedos apretando la correa de su pequeño bolso con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos.

Se había vestido con especial cuidado esa mañana—un suave vestido verde estilo cabaña que caía graciosame...

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