Capítulo noventa

Capítulo Noventa

Adam se recostó en la silla de cuero de su oficina, con la cabeza inclinada hacia el techo. Las persianas estaban medio cerradas, dejando entrar franjas de luz que cruzaban el escritorio como líneas de juicio. Su corbata colgaba suelta, su cabello ligeramente despeinado, y había un...

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