Capítulo noventa y siete

Capítulo Noventa y Siete

Nita entró en la oficina de Adam sin tocar, sus tacones resonando con fuerza contra el suelo de mármol, con un ritmo que exigía atención.

Sabía que el sonido por sí solo era suficiente para anunciar su presencia, pero aún así, exageró el balanceo de su cintura, cada paso c...

Inicia sesión y continúa leyendo