Capítulo 20

El tendero negó con la cabeza con una risa sin alegría.

—No puedo creer que realmente haya elegido a alguien —dijo más para sí mismo que para nosotros.

Golpeó la mesa con la mano, haciéndome saltar.

—¿Qué significa eso? —me encontré preguntando.

—Significa que es todo tuyo, jovencita.

A regañad...

Inicia sesión y continúa leyendo