Capítulo 74

La perspectiva de Anila

—Oh, gracias a Dios —dijo Kendra mientras se apresuraba hacia mí. Todavía estaba sosteniendo la mano de Harley, demasiado alterada para soltarlo—. Estaba preocupada; ¿dónde has estado?

—Solo salí a correr —mentí—. Perdón por preocuparte.

—Penny me dijo que volviste al edif...

Inicia sesión y continúa leyendo