CAPÍTULO 31 Él secó sus lágrimas

Él secó sus lágrimas y ambos bajaron del coche y entraron en una tienda donde vendían ositos de peluche. Entraron y él le compró un osito de peluche de su color favorito mientras continuaban su viaje.

Dentro del coche, mientras seguían avanzando, los ojos de Rose no se apartaban del rostro del Sr. ...

Inicia sesión y continúa leyendo