227. Emily - ¡¿Cómo pudiste?! 2

Stefan tiene la decencia de parecer avergonzado. Baja la cabeza y murmura:

—No pasa un día sin que me odie por eso.

Luego levanta la mirada, fijando sus ojos en los míos. Una vez, hubo amor en sus ojos; ahora solo hay odio puro.

—Créeme, si pudiera retroceder en el tiempo, lo haría. No cometería ...

Inicia sesión y continúa leyendo