100

Astella

—¡Oh Dios mío, mi madre!— La onda de choque me golpea como una ola gigante y trata de arrastrarme al suelo. Retrocedo unos pasos y miro a mi abuela con ojos plateados llenos de confusión. La mujer que me crió, la chamana que me enseñó todo lo que sé, acaba de—con unas pocas palabras simples...

Inicia sesión y continúa leyendo