Esposa traviesa

—Ohhhh… Ahhhhh, V…— Era el turno de Scarlett de gemir mientras sus besos hambrientos parecían castigarla con pasión. Él sabía exactamente dónde le gustaba que sus labios estuvieran. Sus labios, su lengua, sus manos ásperas parecían hacerle cosquillas mientras él intentaba tocarla suavemente y con ta...

Inicia sesión y continúa leyendo