Capítulo 3
Sin embargo, la realidad me devolvió abruptamente cuando la escuché aclararse la garganta. Me pregunté por qué mi mente divagaba en esa dirección, y rápidamente dirigí la conversación de vuelta a la investigación. "Sí," respondí, y ella asintió, dirigiendo mi atención a unas marcas peculiares alrededor de la mansión—símbolos antiguos grabados en el suelo, que brillaban tenuemente bajo la luz de la luna. Runas. Se hizo evidente que esto no era un ataque al azar; era un asalto dirigido, probablemente relacionado con elementos sobrenaturales. Inclinándome, mantuve mi voz baja, su tono ronco resonando en el aire, "Estos símbolos son antiguos, usados en rituales y magia oscura. Están destinados a despojar de sus poderes a un hombre lobo, dejándolo vulnerable ante quien los invocó. Debemos proceder con cautela."
La detective Sparks, o como yo la conocía, Samantha Alora Blackthorn, hija del Beta de mi padre, parecía sorprendida por mi revelación. Levantando una ceja con escepticismo, replicó, "¿Magia oscura? No puedes estar hablando en serio." Mirándola intensamente, respondí, "No bromearía con algo así, detective. La Manada de la Luna Creciente tiene sus secretos, y no todos son agradables." Los ojos de Alora brillaron con una mezcla de incredulidad y preocupación mientras absorbía el peso de mis palabras. Mientras estábamos allí, contemplando la vista inquietante de las runas brillantes, una brisa helada recorrió la noche, haciendo que los pelos de la nuca se me erizaran. Era como si la misma atmósfera contuviera la respiración, consciente de las fuerzas malévolas en juego. Alora sabía que, bajo la fachada serena de nuestra manada, acechaban sombras que ni siquiera la luz de la luna podía revelar por completo.
Punto de vista de Sparks
La mención de la magia oscura me aprieta la garganta mientras los recuerdos de la noche en que dejé la manada inundan mi mente. Siempre supe que mi padre no era tan honorable o noble como se mostraba ante el Alfa o la manada. No solo me había desheredado por ser mujer y considerarme débil, sino que al descubrir su implicación con brujas que practicaban magia negra cuando no tenía más de diez años, me di cuenta de que debía andar con cuidado hasta poder escapar. La revelación de las artes prohibidas dentro de nuestra manada, que una vez fue sagrada, dejó cicatrices en mi alma, y el dolor de la traición perduraba como un sabor amargo. Mientras continuaba escrutando a Hunter, no podía evitar preguntarme cuán profundas eran las raíces de la oscuridad dentro de la Manada de la Luna Creciente, y si exponerlas traería justicia o desataría una tormenta de consecuencias.
A medida que profundizamos en la investigación, me encuentro dividida entre mi deber como detective y los secretos que he estado ocultando durante años. El mundo sobrenatural, la manada, mi pasado, todos amenazan con desmoronarse y exponerme. El peso de mi doble vida me oprime, y lucho con el miedo de perder todo lo que he trabajado tan duro para construir. Mi compromiso con la verdad como detective choca con el instinto de proteger las sombras de mi pasado. Las apuestas son altas, y los hilos de engaño que he tejido cuidadosamente amenazan con deshilacharse en los bordes. No puedo permitir que eso suceda. El delicado equilibrio que he mantenido está en riesgo, y mientras navego por el terreno traicionero de la investigación, me doy cuenta de que las decisiones que tome no solo determinarán el resultado del caso, sino que también moldearán el futuro de la intrincada red de secretos que me ata.
La tensión entre Hunter y yo se intensifica, una lucha de poder no dicha que hierve bajo la superficie. Siento una conciencia distinta de que él posee más conocimiento sobre mí de lo que está revelando, y no puedo permitirme bajar la guardia. A medida que la noche avanza, el bosque y la ciudad despiertan con susurros, sombras danzando grácilmente bajo la luz de la luna. La frontera entre la realidad y lo sobrenatural se vuelve borrosa, y llego a la cruda realización de que este caso trasciende lo ordinario. El destino de la ciudad, el frágil equilibrio entre humanos y hombres lobo, pende precariamente en nuestras manos. Cada paso dado y cada revelación descubierta profundiza el misterio, arrastrándonos más hacia un mundo donde fuerzas antiguas y secretos enterrados desde hace mucho tiempo se entrelazan. En esta intrincada danza de oscuridad y luz de luna, las sombras de nuestros propios pasados se ciernen grandes, y la verdadera prueba radica en navegar el enigmático terreno que se despliega ante nosotros.
Poco sé que los secretos enterrados en las sombras están a punto de salir a la superficie, y la verdad destrozará todo lo que creía saber sobre mi manada, mi familia, yo misma y el mundo que me rodea. Los ominosos susurros de verdades ocultas y alianzas secretas se vuelven más fuertes, resonando a través de los corredores de mi percepción. A medida que el velo del engaño comienza a levantarse, me enfrento a una realidad más compleja y peligrosa de lo que jamás podría haber imaginado. La inminente revelación se cierne como una tormenta en el horizonte, y me preparo para la tempestad de revelaciones que remodelarán los mismos cimientos de mi existencia. En el caos inminente, las líneas entre aliado y adversario se difuminan, y me encuentro al borde de una profunda metamorfosis, incierta de la persona en la que me convertiré una vez que el polvo se asiente.












































