Capítulo 42: Paige

Cada persona en la sala me está mirando.

El aire se siente pesado, sofocante, mientras sus ojos se clavan en mí como un pelotón de fusilamiento.

Tobias es el primero en hablar, su voz suave, calculada.

—Ya no es de ninguna utilidad para el Círculo Carmesí —dice, recostándose en su silla—, comprom...

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