Capítulo 69: Jaxon

No quise decirlo.

Dios, no quise decirlo.

Pero la rabia no se detiene. Se enrosca apretada en mi pecho, un dolor ardiente e implacable que hace que mis puños se cierren a mis costados, mis uñas clavándose en mis palmas. Mi cuerpo tiembla, no de miedo o debilidad, sino de una ira tan cruda que amen...

Inicia sesión y continúa leyendo