UN CAFÉ

La vuelta al campus es tranquila, afortunadamente. El conductor solo escucha su música, que está a un volumen aceptablemente alto, y le estoy agradecido por ello.

Mantengo mi pierna estirada en el asiento, sintiéndome incómodo y observando la ciudad desdibujarse por la ventana. Mis pensamientos son...

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