DESCUBIERTO

La perspectiva de Adam

Maldita sea.

Me quedo paralizado, como un ciervo ante los faros de un coche, aferrando mi equipo deportivo contra mi pecho. —Em, espera, no es así— consigo decir, mi voz apresurada, las palabras saliendo más delgadas de lo que pretendía.

Abro la boca para continuar, decir a...

Inicia sesión y continúa leyendo