EXPLOSIÓN II

La habitación está repentinamente demasiado jodidamente silenciosa.

Miro a mi alrededor, como si el pensamiento no hubiera salido de mi propio cerebro. Parpadeo, aturdido por un minuto, y luego giro la cabeza hacia el armario, donde está el suéter.

Amor.

No debería. Sé que jodidamente no debería....

Inicia sesión y continúa leyendo