CAPÍTULO 27

Dante Castelli.

—Esos bastardos no son más que peones insignificantes en un juego que he ganado tantas veces que he perdido la cuenta.

El guardia se estremeció ligeramente, pero traté de ocultar mi diversión. Estaba sudando—un gusano mediocre tratando de aferrarse a un poco de dignidad frente a mí...

Inicia sesión y continúa leyendo