CAPÍTULO 44

Era reconfortante.

Como si finalmente estuviera donde debía estar.

Mi corazón latía con fuerza contra mi pecho mientras tragaba saliva, mirando mi propio reflejo en el espejo empañado.

Dante no me está obligando a nada.

Soy yo quien elige quedarse.

Elige querer.

Elige ceder.

Y por primera vez...

Inicia sesión y continúa leyendo