¡Tenemos que irnos, ahora!

La historia de Sebastián

Me preguntaba qué estaba pensando cuando le propuse ir a San Petersburgo, solo Dios sabe. Ni siquiera tenía una razón. Tal vez quería alejarla de todo. Calmarla. Simplemente no iba a decirle que la invité para pasar tiempo juntos, entonces ciertamente no habría aceptado. Er...

Inicia sesión y continúa leyendo