Capítulo 38: Macey

—Hola, chico —dijo mi tío Erik, dándome un suave empujón en el brazo—. Te ves realmente desolado. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?

—Estoy bien —dije suavemente—. Solo tengo muchas cosas en la cabeza.

—¿Has hablado con tu mamá sobre eso? —preguntó Erik, y yo negué con la cabeza.

—Sabes que no pued...

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