Capítulo 43: Jayce

Puse mi cabeza entre mis manos, masajeando con los nudillos el dolor de cabeza que tiraba de mis sienes, amenazando con convertirse en una migraña total. El vestuario seguía vacío. Silencioso. Solitario. Quería desesperadamente derrumbarme, llorar, perder el control.

Pero no podía. Tenía que ser fu...

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