13. La sensación inquietante

No esperaba que ella estuviera en mi casa, ni siquiera sabía cómo había entrado. Fred me miró mientras me ayudaba a sentarme en el sofá.

Ella se sorprendió al ver mi estado maltrecho, pero se mantuvo en silencio frente a Fred.

—Puedes irte ahora, Fred— finalmente dejé salir mis palabras con una vo...

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