CAPÍTULO 38

Una idea repentina la golpeó —Sí, no puedo dar otro paso, mis piernas están como gelatina— le guiñó un ojo a Valiance, quien rápidamente entendió su plan —Eso no es problema, puedo llevarte.

—Oh, muchas gracias Val, eres un salvavidas— se volvió hacia su amiga y, dándose una palmada en la frente, a...

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