CAPÍTULO 57

—Hmm. Creo que he terminado por hoy. Bajen a la dama, muchachos— se dio la vuelta y salió de la habitación. Sus secuaces soltaron a Raegan de las cadenas y no hicieron nada para amortiguar su caída. Cayó de rodillas y manos, sintiendo más sangre brotar de sus heridas. No pudo contener el gemido. Su ...

Inicia sesión y continúa leyendo