CAPÍTULO 138

Ciel se despierta al día siguiente en los brazos de Xerxes. Su pecho desnudo está cálido contra Ciel, que nunca quiere irse, y huele como el sol de la mañana.

Se siente como en casa, Ciel quiere quedarse acurrucado contra su pecho y nunca despertar, pero es entonces cuando una idea traviesa atravie...

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