CAPÍTULO 144

Xerxes.

Xerxes se sienta detrás del volante, su agarre es firme y sofocante. Conduce a toda velocidad y finalmente, el coche chirría al pasar por las amplias puertas metálicas de la mansión de Greng, aplastándolas con fuerza salvaje y las llantas triturando la grava al detenerse en la entrada princ...

Inicia sesión y continúa leyendo