CAPÍTULO 161

Ciel y Sebastian salen en silencio de la cantina, cada paso pesado, Ciel con la cabeza baja, encontrando el suelo más interesante y sus hombros pesados como si el mundo entero estuviera presionando sobre ellos.

De repente, una voz los llama desde atrás.

—¡Señor Reid!

Ciel se vuelve, sorprendido, ...

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