CAPÍTULO 45

Ciel no sabe qué le pasa a la mañana siguiente. Un minuto está acurrucado bajo las sábanas suaves, cálido y exhausto, y al siguiente, se está escapando de la mansión de Xerxes como un ladrón—o peor, como un prostituto.

Su corazón late con fuerza en sus costillas mientras camina de puntillas por los...

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