Luna

Mientras disfrutaba de su aprecio, un pensamiento peligroso se coló en mi mente.

¿Qué pasaría si solo fuéramos Luna y yo?

Su piel aún estaba cálida por nuestras recientes actividades, su aroma embriagador. No podía sacarme de la cabeza la imagen de tenerla solo para mí, sus curvas exuberantes pres...

Inicia sesión y continúa leyendo