Unidos por el miedo

Retrocedí ante sus palabras, la culpa inundándome en oleadas.

Pero ya era demasiado tarde para disculpas, demasiado tarde para la redención. Mi cuerpo no podía soportar más el abuso, no podía resistir el tormento que él me infligía. Y mientras continuaba devastándome sin consideración por mi bienes...

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