¿Qué pasa, nena?

Mientras yacía en la cama con Jason, mi mente estaba plagada de emociones encontradas. La necesidad palpitante en mi cuerpo era un recordatorio claro de la intensa atracción que sentía hacia él, pero también estaba nublada por el miedo a perderlo.

—¿De verdad tienes que mudarte? —pregunté, con la v...

Inicia sesión y continúa leyendo