Capítulo catorce

La confusión era la emoción subestimada—la rabia emanaba de algunos de los presentes.

No pasó ni un segundo después de que Laura abrió la boca, cuando una pequeña mujer—muy lejos a su izquierda—prácticamente se lanzó al suelo.

El rey parecía mostrar preocupación, mientras la reina azotaba a la chi...

Inicia sesión y continúa leyendo