Capítulo 40

Terminé de secar el último plato y lo guardé en el armario. Me sequé las manos con una toalla y solté un suspiro profundo. Mis ojos se posaron en las escaleras que conducían al segundo piso. Subí las escaleras, un paso a la vez. Al llegar a la cima, vi la puerta de nuestro dormitorio abierta y alcan...

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