Capítulo 32

Capítulo 32

Anna se despertó con el estridente sonido de la alarma, su mente nublada por la intensa noche con Fernández. Se sentó, gimiendo de dolor entre las piernas, y Fernández entró en la habitación, riendo, sus músculos flexionándose por el ejercicio matutino.

—Buenos días, Anna—dijo, sus ojo...

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