Capítulo 47

Capítulo 47

Tan pronto como Fernández entró en el hospital, los ojos de la recepcionista se abrieron de par en par en reconocimiento, sus pupilas dilatándose de emoción. Lo había visto antes en la televisión y no podía creer su suerte. Se frotó los ojos, los cerró y los volvió a abrir, preguntándos...

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