Capítulo 59

Capítulo 59

Cuando los dedos de Fernández rozaron su piel, Anna sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Sabía que él estaba tratando de ser coqueto, y no lo iba a permitir. Rápidamente lo empujó, sus ojos brillando con molestia.

—Puedo manejarlo yo misma, muchas gracias.

Fernández se rió, sus...

Inicia sesión y continúa leyendo