26. Salida secreta

—Mami —frunzo el ceño con molestia ante el llamado, más por la luz que ilumina mi rostro que por otra cosa—, ¿cuándo vas a despertar?.

Una pequeña mano fría sostiene la mía, acariciándola y jugando con mis dedos. Abro lentamente los párpados, sintiendo como si estuvieran hechos de cemento, mientras...

Inicia sesión y continúa leyendo